Somos un grupo diverso, con diferentes historias, culturas, cualidades y formaciones. Experimentamos la sanación como un proceso constante y colectivo. Aprovechamos los conflictos de la cotidianidad para continuar mejorando nuestros métodos y fortaleciéndonos como comunidad.
Nos organizamos de forma orgánica y horizontal. Eso es posible gracias a la forma de relacionarnos que hemos cultivado: desde la autenticidad, creando conexiones empáticas y profundas.
No tenemos reglas fijas: utilizamos el consenso para tomar decisiones y crear acuerdos. Lo único fijo que tenemos es nuestro rezo, la intención con la cual caminamos: